Raúl López Gómez/Cosmovisión
* El «secre» consentido
Una de las peores crisis que en materia de seguridad pública enfrentó en sus inicios la administración duartista fue el tiradero de 35 cadáveres de presuntos “Zetas” sobre el bulevar “Adolfo Ruiz Cortines”, en plena zona hotelera y comercial de Boca del Río, a finales de septiembre de 2011.
Dos semanas después de este incidente que tuvo gran repercusión en la prensa nacional y extranjera renunció el primer procurador Reynaldo Escobar Pérez, no así el secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, quien de manera inexplicable sigue inamovible en su cargo no obstante que la semana anterior estalló otro escándalo similar con la exhumación de 31 cuerpos humanos en fosas ubicadas en el rancho “La Esmeralda”, del municipio de Tres Valles.
En esta ocasión fue removido el subprocurador regional del puerto de Veracruz, Arturo Herrera Cantillo, cuya sorpresiva salida –atribuida a que hace una semana fue quien confirmó a los medios de comunicación el hallazgo de los primeros 28 cadáveres– se encubrió con otros cambios que este martes 24 se hicieron a la par en la PGJE.
En su edición impresa de ayer, el diario capitalino Reforma publica una entrevista con Bermúdez Zurita, quien pretende explicar que en Veracruz no hay grupos criminales arraigados sino que vienen de otras entidades a delinquir, y que la inseguridad que actualmente se percibe en la entidad es un fenómeno que se ha agravado precisamente por el llamado “efecto cucaracha” a causa de los operativos que las fuerzas federales vienen realizando en los estados vecinos.
“Hemos detectado en algunas zonas del norte camionetas, vehículos raros (sic) y a petición de la Canacintra, la Canaco y los empresarios, iniciamos un operativo de reacción inmediata”, dijo en esa entrevista el titular de la SSP de Veracruz.
Según declaró el funcionario estatal, la movilización de presuntos criminales se ha agravado por la “guerra” que se está librando en Tamaulipas entre diferentes organizaciones delincuenciales, como el Cártel del Golfo. “Se trata de evitar que los delincuentes pasen en diferentes formas, en lanchas, pasan por plataformas flotantes, con sus vehículos, vienen a delinquir a Veracruz y luego regresan a Tamaulipas”, afirmó Bermúdez.
“Si dejamos a la ciudadanía con una percepción de que el gobierno no responde, se crea una percepción de inseguridad”, dijo el jefe policiaco que no es nativo de Veracruz, el cual llegó a la entidad en 1998 como ayudante del subsecretario de Administración y Finanzas, Sergio Maya Alemán, sobrino del gobernador Miguel Alemán Velasco.
Bermúdez indicó que junto con el Ejército, la policía estatal pretende evitar que esos criminales se asienten en Pánuco, Poza Rica, Tuxpan y otras localidades del norte veracruzano. “Tenemos a siete estados por vecinos. Tabasco es un estado complejo por su ubicación al sur. También Puebla, por su proximidad a la zona de Córdoba. Hay delincuentes que vienen de Puebla, aquí actúan y regresan a Puebla, o viceversa”, expuso el funcionario, quien además explicó que en la zona norte de Veracruz fueron enviados elementos de inteligencia policial y fuerzas especiales que son apoyados por marinos y soldados para contener el llamado “efecto cucaracha”.
“No importa que sean Zetas, del Cártel del Golfo o del Cártel de Jalisco Nueva Generación, los policías están entrenados para combatir todo tipo de delitos”, aseguró.
Sin embargo, el diario capitalino consigna que la violencia ha recrudecido en Veracruz en las últimas semanas. Refiere, por ejemplo, que en el norte del estado, policías repelieron el 17 de junio una agresión que dejó cinco presuntos gatilleros abatidos, mientras que en el sur, la Armada localizó estas narcofosas con 31 cuerpos con huellas de tortura.
Y es que, contra lo que pretende hacer creer Bermúdez, los grupos criminales están asentados en la entidad desde hace varias décadas, sólo que anteriormente se movían y operaban el trasiego de droga con muy bajo perfil. Sus capos eran tan discretos que, por ejemplo, Albino Quintero Meraz, uno de los socios de Joaquín “El Chapo” Guzmán que se estableció en Veracruz desde 1995 durante el chirinato y que fue detenido por el Ejército hasta mayo de 2002, llegó a ser vecino del gobernador Alemán Velasco en el fraccionamiento Costa de Oro, en Boca del Río.
Pero este cáncer hizo metástasis en Veracruz el sexenio siguiente, en la administración del gobernador Fidel Herrera Beltrán, cuando el grupo de sicarios “Los Zetas” de separó del Cártel del Golfo y se apoderó sangrientamente del estado. Y eso Bermúdez lo debe saber porque en el fidelato continuó como burócrata de medio pelo en la Sefiplan, donde fue rescatado por Javier Duarte en la misma Subsecretaría que ocupaba Maya Alemán.
Pero a tres años y medio de su permanencia en la SSP, la inseguridad y la delincuencia siguen siendo los problemas que más afectan a los veracruzanos, aún por encima del desempleo y la pobreza, según reveló la Segunda Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (Encig) 2013 dada a conocer por el INEGI.
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