Raúl López Gómez/Cosmovisión
“Va mi nombre en prenda”, se decía antes. Y era porque el Nombre, el Apellido, el “Gens”, valía. ¡Nada de pagarés! ¡Nada de testigos! Bastaba el Nombre salido de la boca para dejar garantía de que el compromiso asumido se iba a respetar… “Te doy mi palabra”, igual decían.
Hoy, el Nombre perdió su valor en algunos; otros, viven del nombre de su padre, de su madre, de su hermano; hay quienes se cambian de Nombre para darse otro valor; y otros, por conveniencia bajo el entendido de que a veces, la palabra y el apellido se han devaluado… aclaro, los casos de abajo no tienen que ser necesariamente las razones de arriba…
II
Ana Guadalupe saltó a la fama un julio de 2012. El periódico “Reforma” daba cuenta de que era diputada federal (suplente) ¡pero por Chiapas! aun cuando era veracruzana…
Pero en ese 2012, ¡quién conocía a Ana Guadalupe!
Por eso entiendo que en su campaña como candidata a diputada local haya manejado su nombre artístico: “Anilú”.
Hace poco, nada faltó para que la llevaran a la hoguera porque decidió cambiar su nombre: de Ana Guadalupe a Anilú.
¿Por qué cambiarlo? La primera respuesta es la obvia: Así la conocen, como Anilú. La segunda, es sólo elucubrar: Va a competir, ahora sí, para ser diputada federal y Anilú es su nombre de batalla.
¿Pero se imaginan que Arely Madrid Tovilla, la diputada federal pluri, fuera llamada por el Güero Velasco a algún puesto en el Gabinete chiapaneco?
Se supone que llamarían a la suplente, en este caso a Anilú… ¡en qué líos la meterían!
III
Me llaman la atención las camionetas (sí, digo LAS camionetas, en plural, porque son un chingo) de Carlos Fuentes… ¿eh? No me refiero al Macías, sino al Urrutia… cómo cambian las cosas y las personas por un apellido.
El sujeto de mi acción es el diputado del PAN, Carlos Fuentes Urrutia… quien creo que ya perdió “el Chico”… ¡No es albur! Este panista es conocido por “Chico” Fuentes, pero de un tiempo a la fecha sus camionetas resaltan más el nombre de pila “Carlos” y su “Chico” se va haciendo más chico… ¿por qué? ni idea, pero la característica de este panista es ésa: ¡Su chico! (se los juro que no estoy albureando), ¡todo mundo lo identifica como “Chico” Fuentes, porque, sinceramente, Carlos Fuentes, ¡nomás uno!
IV
Sus amigos le dicen “Cecil”; él se hace llamar “Cecil”… dicen que es un tipazo, buena persona, agradable… es el Benjamín de la familia y por ende, el más consentido. Cuenta entre sus cuates que su hermano mayor lo traía bien corto en los estudios, más en historia. Le exigía mucho cuando se trataba de la escuela. Pero “Cecil” no es “Cecil”… es Cecilio, en honor a su madre, Cecilia de Ochoa viuda de Duarte.
A nadie se lo ha dicho, pero todos lo sospechan: A Cecilio no le gusta su nombre. Si no, por qué etiquetarse como “Cecil”.
Pero igual, se respeta la posición de “Cecil” Duarte pero si yo fuera su hermano o madre, ya le hubiera dado sus nalgadas… ¿Acaso cree que Salvador Benjamín era mi nombre soñado?
V
Y a todo esto, un senador ¡ya se cambió de nombre! ¡por fin se dio cuenta que tanta rigidez como que incomoda! Lo curioso es que lo hace después del 10 de mayo… tras esa fecha, sus promocionales se vuelven más suaves, más cercanos, más amigables, como es él… el Senador dejó de ser José Yunes para ser simplemente Pepe Yunes.
Y es que así todo mundo lo conoce e identifica: Pepe.
Quien haya tenido la idea de quitarle lo ortodoxo a los promos del Senador ¡un aplauso! Aunque claro, difícil será quitarle lo ceremonioso, lo ecuánime, lo correcto, que no le hace daño porque su actitud no es chocosa o mamona… es natural.
Pepe Yunes acerca. José Yunes es frío. Pepe Yunes es amigo. José Yunes es político.
Al menos en cuestión de promocional, así se ve… en lo político, con que cumpla su palabra, la gente se dará por bien servida porque su nombre va en prenda.