Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Renato Tronco, ¿se va o lo van?
Renato Tronco Gómez, ejemplo vivo del cacique pueblerino que se niega a desaparecer, acaba de anunciar que pedirá licencia como diputado local por el distrito de Las Choapas y se retirará de la política.
Ajá ¿y luego?
El tipo es todo un caso, su carrera política comenzó con el siglo: de 2001 a 2004 fue presidente de la Unión de Ejidos 25 de abril, un año después fue alcalde de las Choapas por primera vez en el trienio 2005-2007. De ahí brincó a la diputación local por el Distrito XXX en donde estuvo del 2007 al 2010, luego volvió a ser alcalde en el trienio 2011-2013 y en la actualidad es otra vez diputado en la Legislatura que comenzó en 2013.
Más que hacer obras en beneficio de la ciudadanía, ha hecho lana en beneficio suyo al grado de que hasta sus amigos reconocen que es dueño de la mitad de Las Choapas, mientras sus enemigos aseguran que sus dominios se extienden más allá del municipio.
Renato ha sido acusado de todo, desde fayuquero hasta de asesino, pero la justicia le ha pelado los dientes. El 5 de julio del 2006 el entonces regidor, Alfredo Pérez Juárez, fue acribillado a balazos mientras llegaba a su domicilio y todos los dedos apuntaron hacia el presidente municipal Renato Tronco con quien había tenido diferencias. El escándalo fue mayúsculo y nadie daba un cacahuate por la suerte del munícipe, pero la justicia nomás no pudo con él. Renato terminó su mandato y brincó a la diputación local donde se blindó con el fuero legislativo.
Y desde entonces anda blindado.
Hace unas semanas con motivo de las elecciones extraordinarias que habrá en Las Choapas arreciaron los señalamientos en su contra, ¿el motivo?, su hermano Miguel Ángel fue postulado por el PVEM, el PANAL y el PRI a la presidencia municipal y esto enchiló a varios sectores de la población.
El dirigente estatal del PRD, Sergio Rodríguez Cortés, dijo que Renato es promotor de fayuca y piratería en la zona sur además de que vende diesel y gasolina robadas. Agregó que controla el comercio de llanteras, purificadoras, tortillerías, joyerías, cementeras y por si fuera poco es dueño de un racho donde los estudiantes hacen su servicio social trabajando como peones.
Pero nada de esto parecía perturbar Renato que pasaba la mayor parte del tiempo en Las Choapas (es el legislador más faltista) apoyando a su hermano, hasta que algo pasó.
Nomás de buenas a primeras Miguel Ángel presentó su renuncia aduciendo que su partido (no dijo cuál porque son tres) lo abandonó. Y horas después, Renato anunció que pediría licencia a la Legislatura y se retiraría de la política.
Nadie les cree, pero los rumores se desataron. Unos dicen que el PRI estatal metió las manos porque no están dispuestos a perder ese municipio y que para allá iban con Miguel Ángel como candidato, y otros aseguran que Renato está sintiendo que la lumbre le llega a los aparejos y mejor se va por las buenas antes de que lo entamben a la mala.
Pero un rumor no es más que un rumor. Hay que tomarlo con las reservas del caso aunque algunos que lleven una carga bárbara de autenticidad.
Si efectivamente Renato se va, no se irá así nomás porque sí, o porque está cansado o porque quiere darle paso a las nuevas generaciones. No, nada de eso, si se va será porque lo obligan. El poder es muy adictivo y ningún cacique en su sano juicio renuncia por nada a su cacicazgo.
Y esta sí es una verdad de a kilo.