Ruperto Vázquez Ovando/Opinión en línea
Ubicada a 72 kilómetros de la ciudad brasileña de Sao Paulo, está Santos, hoy ciudad hermana del Puerto de Veracruz.
Santos alcanzó fama mundial al ingresar en el segundo milenio, al Libro de Récords Guiness , como sede del mayor jardín decorativo del mundo: más de cinco kilómetros de plantas floridas bien cuidadas que se pueden visitar en cualquier época del año.
Al igual que Veracruz, Santos tiene un puerto comercial y construcciones históricas, algunas de ellas restauradas. Al contrario de otras ciudades, los 7 kilómetros playeros de Santos son una playa sola, conocida internacionalmente la de Boqueirão.
Previo al hermanamiento con Veracruz, Santos signó un convenio con Costa Rica a fin de que el país tico se consolide como destino turístico en el mercado brasileño y facilite la cooperación comercial entre empresas en materia turística. Lo mismo sucederá con nuestro puerto.
¿De moda los hermanamientos o el porqué firmarlos en cadena? Porque la visión brasileña de estos acuerdos se sustenta en comprometer a ambas partes a adoptar un programa integrado en aspectos de promoción, intercambio de experiencias del recurso profesional, estimulación del flujo turístico, inversión, organización de actividades en conjunto, acuerdos extra de cooperación y canje de información.
¿Qué gana Veracruz con este nuevo hermanamiento? Promoción para cadenas hoteleras, agencias de viajes y operadores turísticos, comercializadoras, aerolíneas, operadores de autobuses y compañías navieras, que generen turismo recíproco entre ambos países.
Intercambio de información sobre los recursos turísticos y los estudios relacionados con el sector, el volumen y características del potencial real del mercado turístico de ambos países, la legislación vigente para la reglamentación de las actividades de esa índole y para la protección y conservación de los recursos naturales y culturales de interés turístico.
Así también habrá un intercambio de funcionarios y expertos, a fin de obtener una mayor comprensión de la infraestructura turística de cada país y estar en posibilidad de definir claramente los campos en que sea benéfico recibir asesoría y transferencia de tecnología.
Por ende, el hermanamiento estimula el flujo turístico, propiciando las facilidades a su alcance, para la exportación e importación de documentación y material publicitario en materia turística.
Y como el propio Gobernador Javier Duarte de Ochoa lo ha dicho, habrá además promoción de inversiones de capitales brasileños, mexicanos o conjuntos, en sus respectivos sectores turísticos, participación eventual en manifestaciones turísticas, culturales y deportivas –de hecho vino al hermanamiento el equipo Santos de Brasil, cuna del astro Pelé -, organización de seminarios, conferencias y ferias.
En síntesis: una oportunidad inmensa para captar turismo brasileño, pues de acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de Turismo (OMT), el país carioca reportó el año pasado un crecimiento del gasto del turismo emisor en 14 puntos en comparación al año anterior: hoy los brasileños tienen mucho dinero para viajar.
@YamiriRodríguez