José Ureña/Teléfono rojo
Desde el pasado viernes 3, en cuanto cobró fuerza la versión de que Elizabeth Morales era perfilada para presidir el CDE del PRI tras el veto de la dirigencia nacional priista al ex alcalde boqueño Salvador Manzur Díaz –cuya designación se detuvo y finalmente abortó por la denuncia penal que en su contra presentó el PAN a raíz del videoescándalo de abril de 2013 que inclusive repercutió en la mesa del Pacto por México–, coincidentemente se desató una campaña de ataques personales y de descrédito para descalificar a la ex alcaldesa xalapeña y su administración municipal.
A finales de la semana pasada fueron movilizados cerca de un centenar de colonos de diversos asentamientos marginados de la ciudad capital para protestar frente a la sede del ayuntamiento capitalino porque supuestamente la ex munícipe priista les incumplió algunas obras prometidas. Y ayer en la ciudad de Veracruz, sin argumentos de peso, un reducido grupo de jóvenes que jamás mostraron sus credenciales de militantes del PRI, se manifestaron a las afueras de un popular café porteño con pancartas y una piñata con la figura de Mimí para ridiculizar a la ex alcaldesa xalapeña, a la que acusaron hasta de acudir a los conciertos de la cantante Beyoncé. Sin embargo, en cuanto los reporteros les empezaron a preguntar el por qué de su enojo contra Morales o que dijeran qué otro aspirante les gustaría que presidiera el Comité Directivo Estatal del partido tricolor, los “manifestantes” evadieron responder y optaron por retirarse de inmediato.
Sin embargo, en medio de esta coyuntura lo que realmente sorprende es la extraña actitud del alcalde Américo Zúñiga Martínez, quien quizá sin proponérselo de manera deliberada pero ha venido a atizar también la lumbre en contra de su antecesora que si bien se le atravesó en 2010 en la contienda interna por la alcaldía, en 2013 lo apoyó con todo para afianzar primero su candidatura al interior del PRI y luego contribuyó para que ganara la elección.
Y es que ayer, nuevamente, Zúñiga Martínez reiteró lo que ya había declarado el pasado jueves 2 acerca de que sólo encontró un monto de 5.8 millones de pesos para gasto corriente, y no los 30 millones que la administración de Elizabeth aseguró haberle dejado en caja, pese a que en el proceso de entrega-recepción los enlaces del alcalde entrante recibieron una carpeta con información impresa y desglosada sobre alrededor de 20 cuentas bancarias y los depósitos existentes en cada una de ellas con corte al 31 de diciembre. En total, entre las cuentas abiertas para transferencias de fondos federales y de pago de servicios al ayuntamiento sumaban más de 18 millones de pesos en efectivo, más una cantidad similar disponible en la cuenta de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS).
En sí, el monto total de los recursos que la ex alcaldesa Morales dejó en caja y otros que actualmente están en trámite pero que gestionó ante Conaculta, Conade, así como de los fondos federales para infraestructura social y fortalecimiento municipal (FISM y FAFM), aparte de otros como los de la bursatilización –de los cuales la Sefiplan ya le anticipó 8 millones de pesos la semana anterior–, la administración de Zúñiga estaría por sumar a principios de este año una bolsa de aproximadamente 112 millones de pesos que deberán ser destinados a obras y servicios públicos.
Así que el ex secretario de Trabajo miente intencionalmente o sus colaboradores de mayor confianza no le han informado de manera oportuna y completa. Y es que otra de las mentiras divulgadas en contra de la gestión anterior ha sido la del personal de confianza que habría demandado laboralmente a la nueva administración municipal, cuando los cerca de 350 empleados contratados el trienio anterior dejaron formalmente firmadas sus respectivas renuncias precisamente para evitar cualquier conflicto legal.
Y respecto a los 30 centros de cómputo que supuestamente fueron “saqueados” y cuyos módulos han sido entregados a la Universidad Veracruzana, resulta increíble que el ex diputado local desconozca que en 2011 el ayuntamiento xalapeño tuvo que firmar un convenio de comodato con la UV porque era la única institución académica acreditada oficialmente ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología que podía recibir el financiamiento de 20 millones de pesos aprobado por el Conacyt para el proyecto “Xalapa Digital”, ya que de acuerdo a sus propias reglas de operación el organismo federal no podía otorgar directamente a las autoridades municipales dichos recursos pese a que habían sido gestionados por ellas.
¿A poco Américo y sus colaboradores serán tan despistados o de veras son muy mal intencionados? ¡Y eso que la ex alcaldesa y su sucesor presumen de ser “amigos” y hasta son compañeros de partido! Que se recuerde, en su momento Elizabeth nunca arremetió contra su antecesor David Velasco Chedraui, ahora flamante diputado local.
Pero si Zúñiga y compañía acaso detectaran de veras algún daño patrimonial, entonces lo indicado sería proceder legalmente y no desahogarse en un mero linchamiento mediático.