Raúl López Gómez/Cosmovisión
Ninguna reforma constitucional de las que ha venido promoviendo su administración ha hecho tan feliz al presidente Enrique Peña Nieto que la del sector energético. Así lo manifestó ante los medios de comunicación y lo acaba de reiterar el mandatario priista en los distintos encuentros que la semana anterior sostuvo en la residencia oficial de Los Pinos con gobernadores, senadores y diputados federales del PRI, PVEM y PANAL que han tenido que apechugar todo tipo de presiones y agravios no sólo de los grupos más radicales de la oposición que se oponen a la apertura de PEMEX y la CFE al capital privado sino hasta de sus propios aliados reformistas, como el PAN.
Y es que previo al tortuoso proceso legislativo que está punto de llegar a su fin con la aprobación de la mayoría de los 31 Congresos estatales, algunos gobernadores priistas como el veracruzano Javier Duarte de Ochoa, a petición de Peña Nieto tuvieron que aguantar vara para evitar que las dirigencias nacionales del PAN y PRD abandonaran la mesa del Pacto por México donde se cocinaban ésta y otras reformas constitucionales impulsadas por el régimen peñista, como la de telecomunicaciones, la educativa y la hacendaria.
La embestida a mediados de este año contra Duarte de Ochoa por parte del PAN fue de tal magnitud que en la víspera de la elección de alcaldes y diputados locales casi le cuesta al ex diputado cordobés dejar la gubernatura.
Los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Héctor Yunes Landa, fuertes aspirantes a la candidatura del PRI al gobierno de Veracruz para la sucesión de 2016, también han tenido que soportar la estigmatización de “traidores a la Patria” que han hecho los partidos de la izquierda, en cuyas manifestaciones sus militantes han exhibido los nombres y las respectivas fotografías individuales de todos los legisladores del Revolucionario Institucional y de Acción Nacional que apoyaron esta reforma.
Bueno, hasta el arrogante senador Carlos Romero Deschamps, dirigente nacional del sindicato petrolero, tuvo que apechugar que el PAN se saliera con la suya de que el PRI accediera a excluir a los cinco representantes sindicales que actualmente forman parte del Consejo de Administración de PEMEX.
Pero los priistas también tuvieron que ceder a otros chantajes de Acción Nacional para aprobar la reforma energética anhelada por Peña. Por ejemplo, en las negociaciones de la reforma política-electoral el partido tricolor le ha concedido al blanquiazul la reelección de alcaldes y legisladores federales así como la creación del nuevo Instituto Nacional de Elecciones (INE), al cual la oposición pretende darle atribuciones centralizadoras para acotar la supuesta injerencia de los gobernadores del PRI en los procesos electorales locales.
Sin embargo, una vez aprobada la reforma energética por el Congreso de la Unión y la mayoría de las 31 Legislaturas estatales, habrá que ver si la reforma electoral pasa con la misma celeridad en al menos 16 Congresos locales dominados actualmente por diputados del Revolucionario Institucional.
Y es que tras la aprobación de la reforma energética, el Pacto por México ha sido declarado oficialmente “muerto” por la dirigencia nacional del PRD, que ha dejado solos al PRI y PAN, cuyo maridaje coyuntural estaría por expirar también ante las próximas elecciones de alcaldes y diputados locales en seis entidades durante 2014 y, sobre todo, en 2015, cuando tengan que elegirse a los 300 nuevos diputados federales de mayoría relativa y a los gobernadores de Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora.
El PAN podrá decir misa, pero a final de cuentas en el pecado llevará la penitencia, pues la primera traición a sus pactos con el PRI corrió por su cuenta en 2010, cuando el entonces secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, en un presunto acuerdo con la dirigente nacional priista Beatriz Paredes, habría pactado que el blanquiazul no iría en coalición con el PRD en las elecciones de gobernadores ese año. Sin embargo, Acción Nacional incumplió en los estados de Oaxaca, Puebla y Sinaloa, lo que motivó la abrupta renuncia de Gómez Mont no sólo a la SEGOB sino también a su militancia panista.
Así que los del blanquiazul no tendrían por qué sorprenderse de que ahora los del PRI los dejaran colgados de la brocha al atorar su reforma electoral en la mayoría de los Congresos locales. Total, la reforma que más interesaba al jefe nato de los priistas, la del sector energético, ya fue aprobada por el Congreso de la Unión y está por ser constitucionalmente validada por la mayoría de las Legislaturas locales.