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XALAPA, Ver; 19 de agosto de 2015.- Para José Manuel Vázquez Guadarrama, su principal objetivo para ofrecer asistencia humanitaria en Movimiento de Apoyo a Niños Trabajadores y de la Calle (Matraca), es terminar con el ciclo de la calle.
En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, “Chama” nos cuenta que conoció Matraca como parte de su servicio social al cursar la licenciatura de Psicología, cuando atendió a chicos y a la población, por lo que poco a poco hizo de éste su estilo de vida y se adentró cada vez más a lo que hoy sería su sustento emocional y financiero.
Psicólogo y coordinador general de Matraca desde hace un año y medio, explicó que su labor es encargarse de llevar a cabo los proyectos conforme al tiempo y dinero disponible de la asociación; sin embargo, no es todo, para José Manuel el principal objetivo es que los chicos salgan adelante.
Al ofrecerles alternativas distintas de trabajo, espera que los niños y jóvenes abran su visión a otras maneras de vida: “con ellos por la vida, ni atrás los empujamos ni adelante los jalamos, vamos con ellos hasta donde ellos quieran”.
Emocionado, dice: “¿Qué me ha dejado Matraca? Una enseñanza muy grande, cada día es un reto nuevo, cada chico tiene una experiencia nueva que hay que aprender”.
Dentro de sus experiencias de impacto resaltó la de saludar a los más pequeños, de 7 años, y el ser reconocido por todos como “Chama”, lo cual “es inigualable”, porque saben que él está para ellos.
José Manuel consideró que una forma de relajarse en sus días es charlar con los jóvenes, acercarse a ellos, observarlos, “me encanta esta parte de saber que puedes mirar a la población; mirarlos es estar con ellos”.
Para él, parece que si no ves a los jóvenes en los semáforos, o simplemente subes tu cristal para que no te ofrezcan su servicio, es como si para la sociedad no existieran, “pensamos que si cerramos los ojos el problema deja de estar”.
Su próximo objetivo es que Matraca se reconozca en la sociedad xalapeña, donde los niños, niñas y adolescentes en situación de calle tengan un espacio respetado, en el que sean vistos.
Sin embargo, con sus objetivos con los jóvenes es más realista, pues desgraciadamente no puede esperar que la pobreza y el trabajo en las calles termine de la noche a la mañana, ya que son muchas circunstancias las que los mantienen.
“Espero que tengan un trabajo digno, respetado con sus derechos, que sean personas que lleven dinero a su casa rompiendo el ciclo poco a poco de no vivir en la calle. Lo que yo quiero es impactar en los chicos, para romper el ciclo de calle, para que sus siguientes generaciones, sus hijos, ya no tengan la necesidad de vivir y estar en la calle”.