LA HISTORIA DE LA PRIMERA DAMA DE BAJA CALIFORNIA

La realidad siempre, siempre, termina por imponerse.

A finales de 2017 publiqué, en mi libro SÍ MEREZCO ABUNDANCIA, el siguiente texto sobre la corrupción de la señora Brenda Ruacho, esposa del entonces gobernador de Baja California, Francisco Vega.  Hace pocos días el secretario de gobierno de esa entidad, Amador Rodríguez Lozano, declaró que la que fue “primera dama” había aceptado devolver 6.8 millones de pesos, cito textual: “que se robó antes de finalizar la administración de su esposo”.

La realidad es lo que he venido publicando hace más de cuarenta años, no desaparece por decreto y, siempre, pone a cada uno en su sitio.               

La beneficiaria, no sabemos si socia o impulsora de esos “negocios”, es Brenda.

Ella tiene una casa, todo esto es público, en Chula Vista, Estados Unidos, una población que colinda con Tijuana, en “San Miguel Ranch”, un exclusivo fraccionamiento, que vale un millón de dólares… para ser precisos, valor comercial de 969 mil dólares… número mágico, por lo visto.

Esta residencia, que fue sumada a los bienes del gobernador en funciones, la tiene doña Brenda Ruacho desde 2008, cuando el hijo de ambos, Carlo, ya había nacido.  En Tijuana tiene otra casa, millonaria, también a su nombre.

En Chula Vista, la residencia tiene cuatro recamaras, estacionamiento para otros tantos vehículos, y alberca.

Las hijas del primer matrimonio del gobernador, Zarema y Zaira, tienen propiedades en San Diego, Estados Unidos, entre ellas una casa en la zona de La Jolla, cercana a donde residía la maestra Elba Esther Gordillo. Además de terrenos de mucho valor catastral que, curiosamente, pertenecieron al Ayuntamiento de Tijuana cuando su padre fue Alcalde.  En uno de sus terrenos su padre, el gobernador, construye el fraccionamiento San Carlos.

El 4 de marzo del 2017, el gobernador Vega de Lamadrid declaró, en conferencia de prensa, tener 20 propiedades repartidas en nuestro país y en Estados Unidos, aceptó que al mismo tiempo que se desempeña como gobernador, sigue con actividades empresariales.  Y se negó a hacer pública su declaración patrimonial.

¿Qué papel juega en estas actividades, políticas y proveedoras de recursos millonarios, su nueva esposa?

Brenda Ruacho Bernal, según algunas biografías nació y vivió en San Diego, algunas informaciones afirman que es “historiadora de arte”, aunque oficialmente no constan sus “estudios”.

Antes de tomar posesión su marido, ella declaró: “No creo que todas las primeras damas cuando estuvimos pequeñas, nuestro deseo haya sido ser primera dama.  Yo creo que pudiera haber sido, princesa o doctora, o policía, cualquier otra cosa donde esté en tu control decidir qué vas a hacer en la vida”.

Independientemente de la mala gramática, con esta afirmación queda demostrado, que como otras consortes del poder, vive su papel como “un mandato divino”, fuera de su control.

Y vaya que lo “explota” publicitariamente.  En su página de Facebook hay innumerables fotografías, que van desde besos con su marido, hasta su presencia en eventos oficiales, constante.  Un gran despliegue de “comunicación”.  No hay duda de su protagonismo, como tampoco de las varias cirugías plásticas por las que ha pasado, intentando conservar su apariencia juvenil.

A los múltiples eventos del DIF acude con blusas, muy ajustadas, como de “uniforme”.  Casi siempre de color blanco.  El cabello pintado de negro, muy largo, casi despeinado, como adolescente, apenas una diadema lo intenta “detener”.  Pocas alhajas, lo que ya vimos que es una constante en las consortes del poder, el anillo de compromiso, brillante de buen tamaño, y el de casada, obvio.

En otras actividades oficiales, sus trajes parecen comprados en una barata, precisamente en el Outlet de Chulavista.  Siempre en el afán de parecer más joven, de hacer notar sus nuevas “tetas” que parecen romper la tela de tanta silicona.

Lo más interesante de tantas fotografías, de tanto viaje de ego público, es la fotografía donde aparece disfrazada, sí, textual disfrazada de “Alicia en el País de las Maravillas”.  Que reconocemos como su verdadera vocación.  Esto con motivo de su “no cumpleaños”, así lo asevera, ella misma en su cuenta de Facebook, donde subió su fotografía disfrazada, completa, de “Alicia en el País de las Maravillas”.

“La mejor edad de una mujer es cuando empieza a cumplir sus sueños” dice un texto sobrepuesto a ésta fotografía.

Y uno se pregunta ¿cuáles serán esos sueños? ¿Haberse casado con su amante, que estaba a su vez casado cuando tuvieron un hijo? ¿Tener tantas propiedades? ¿El protagonismo inherente al poder sexenal de su marido?

En una entrevista declaró que lo que más le gusta es “ir al cine, comer en familia”.  También al Gran Premio de México, en la zona VIP, a juzgar por las fotografías del pasado noviembre de 2016.

Refiriéndose a su “trabajo” como primera dama, Brenda Ruacho afirma: “Llegas por azares del destino… llegas por designación.  Y tienes dos opciones: dejar huella o el de no hacer nada, porque también es un trabajo voluntario. En mi caso sí quiero dejar huella… quiero que la venga después de mí tenga que ser mejor que yo… en un momento dado, estamos hablando también de que yo pudiera ser parte del acercamiento con la ciudadanía. Kiko tiene mucho trabajo y hay que también dejarlo gobernar… el trabajo no me asusta”

En lo que tal vez no se ha metido, es en el manejo de los recursos públicos.  Porque el gobernador Vega de Lamadrid no ha pagó en 2016 a la Universidad Autónoma de Baja California un subsidio de 476 millones de pesos, y a las escuelas de la entidad no les ha entregado 340 millones de pesos por subsidio de la “Beca Progreso”…

¿Alguna semejanza con lo que hizo Javier Duarte?

La pareja Vega de Lamadrid-Ruacho corre el riesgo de ser perseguidos por la justicia… norteamericana.  Mientras en México las denuncias contra el publicitado enriquecimiento del gobernador no han prosperado, en Estados Unidos.  Este “rumor” fue publicado por el portal “Tijuana Sin Censura” el 5 de marzo de 2017, firmado por Mariano Soto.

Ahí se dice que el FBI estaría investigando a la pareja por lavado de dinero por 30 millones de dólares, y que por ello no tienen visa para cruzar a Estados Unidos, o sea no pueden pernoctar en alguna de sus residencias millonarias. La autoridad mexicana no ha opinado al respecto, aunque también hubo el rumor de que estaban siendo investigados por el Senado… así, en general, el Senado…

Esta versión tampoco fue desmentida por el gobernador