VERACRUZ, Ver., 23 de mayo de 2019.- En el Ayuntamiento de Orizaba un grupo de funcionarios municipales se ha convertido a lo largo de una década en un lastre para los ciudadanos del considerado el mejor pueblo mágico de México.

La incapacidad, prepotencia, privilegios y hasta relaciones sentimentales de algunos directores municipales, representan lo que tanto ha criticado el actual presidente de la República Andrés Manuel López Obrador: la mafia del poder.

El empresario Juan Manuel Diez fue quien les abrió las puertas y les dio la oportunidad de participar durante sus administraciones, pero más allá de seguir sirviendo a la población hoy se han convertido en enemigos de la sociedad.

La cloaca se ha destapado por partes, y para los orizabeños ya apestan algunas acciones de sus autoridades.

Esta semana, en plena Feria Iberoamericana del Libro (FILO), el director de Desarrollo Económico, Raymundo Reynoso Limón, fue duramente señalado de tráfico de influencias al privilegiar al hotel Holiday Inn y entregarle todos los recursos para hospedar y ofrecer servicios a ponentes y escritores, entre ellos, la actriz y cantante Astrid Hadad; el periodista deportivo Alberto Lati y los actores Alejandro Tomassi, Lilia Aragón, Carlos Bracho y Manuel Ojeda.

Los empresarios del sector turístico denunciaron en redes sociales que el funcionario hizo a un lado a más de 30 hoteles en la zona, evidenciando la posible corrupción y contubernio que existe para la realización de eventos, por lo que pidieron al alcalde Igor Rojí una investigación del caso, sancionar el abuso de Reynoso Limón y despedir a quien lleva tres administraciones incrustado en el Ayuntamiento.

Otro que ha encontrado su «suite de lujo» en la estructura municipal es Fernando Trueba, actual director de Desarrollo Humano y propietario de dos hoteles, uno recién instalado en el centro de Orizaba del cual se ostenta como director en sus redes sociales.

De ser un joven fifí con un auto deportivo rojo y después ser jefe de Transportes de la delegación de la Cruz Roja emocionado por conducir velozmente con sirena, Trueba Coll llegó a convertirse en flamante Director de Seguridad Pública, para ser protagonista de los pasajes de represión policial más oscuros en la historia recientes de la Ciudad de la Aguas Alegres, cuyas quejas llegaron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Desde esa posición el Ayuntamiento le gestionó una beca para que se capacitara en Israel, lo cual no le trajo nada de cultura, pues resultó ser uno de los funcionarios de alto nivel más ignorantes que ha tenido a su cargo las áreas de Educación y Cultura municipal.

Muestra de ello es que junto con su pareja sentimental y actual subordinada, la coordinadora de Vinculación, Cira Medrano Caballero, editaron y distribuyeron con bombo y platillo 5 mil ejemplares de un libro de historia de Orizaba para niños, en el cual se señala erróneamente que la conquista española fue en 1480 y no entre 1519 y 1521; además de estar plagado de equivocaciones como escribir Poloforum, en lugar de Poliforum, entre otras faltas que revelan la nula supervisión y conocimientos del ex jefe policiaco.

Fernando y Cira sueñan con sentarse juntos en la silla presidencial, por lo que su relación va más allá de lo sentimental y laboral, pues es conocido en Palacio que sus aspiraciones coinciden en hacer una mancuerna para llegar como pareja a la alcaldía y a la presidencia municipal del DIF.

Entre los trabajadores municipales que han prestado su servicio a la ciudad y hace tiempo dejaron de cumplir eficientemente con su función también se encuentra el actual contralor municipal, José Manuel Barquet.

Al igual que Fernando Trueba y Raymundo Reynoso, han sido durante más de 10 años uno de los que se han movido de puesto en puesto para vivir de la administración municipal.

El Contralor es hoy más un encubridor que un supervisor de las acciones y gastos de las diferentes áreas. Sus antecedentes lo evidencian, pues cuando fue Director Administrativo, Barquet Agís fue acusado por trabajadores del teleférico de ser el orquestador de un fraude histórico.

Por supuesto que lo negó y despidió a todos los empleados encargados de uno de los mayores atractivos de la ciudad. Lo increíble es que este fraude lo estuvieron realizando durante ¡un año! y su jefe cínicamente se hizo de la vista gorda, pues no fue él quien lo detectó, sino la sobrina del entonces alcalde Juan Manuel Diez, quien se enteró y comenzó a investigar.

Según la versión de los ex trabajadores, documentada en medios locales, a finales de 2014 recibieron la instrucción de Barquet de revender los boletos del teleférico, a través de un mecanismo tipo carrusel.

Los boletos se recogían en el Cerro del Borrego (sitio de destino del teleférico) y no se rompían, sino que se le volvían entregar a las cajeras para que le dieran vueltas varias veces y el ingreso no se registrara.

Así se realizó esta operación hasta diciembre de 2015, donde las arcas municipales dejaron de recibir recursos

La mafia del poder le está haciendo daño a Orizaba y a la sociedad. Si no lo quiere ver el alcalde Igor Rojí será cómplice de las tropelías que suceden diariamente en el Palacio del Pueblo Mágico y pondrá en riesgo aquello que, entre la crisis que vive el estado, les ha costado conservar a los anteriores alcaldes, empresarios, sectores y ciudadanos. Pues en el giro de 360 grados que ha dado la ciudad también está la mano y el esfuerzo de los orizabeños.

Ciego quien no quiera ver el origen del peligro.