CDMX, 10 de noviembre de 2019.- Con un sistema de inyección de químicos para yacimientos de hidrocarburos, único en México y América Latina, la UNAM contribuye al desarrollo de soluciones tecnológicas en el sector petrolero y se posiciona a nivel internacional.

Por primera vez, una institución de educación superior del continente dispone de una herramienta de ese nivel para desarrollar tecnología aplicada. Ahora, las sustancias que generan los expertos de la Facultad de Química (FQ) para mejorar la extracción de hidrocarburos, y que ya han sido examinadas a través de modelos moleculares, experimentales y en pruebas de desplazamiento (donde se reproducen las condiciones del yacimiento), podrán ser aprovechadas en pozos petroleros.

El equipo, similar a una fábrica pequeña o planta química móvil, dispuesto en dos plataformas de tráiler, es operado por personal especializado de la Unidad de Servicios para la Industria Petrolera (USIP) de la FQ.

Carlos Amador Bedolla, director de la Facultad, explicó que en la extracción terciaria de petróleo se requieren técnicas complicadas y la inyección de diversos materiales para extraer los hidrocarburos.

Estas metodologías son de especial interés para México, por lo que los desarrollos científico-tecnológicos de los universitarios cobran mayor importancia. El sistema de inyección de químicos para yacimientos fue adquirido en el marco de un macroproyecto que inició en diciembre de 2013, financiado por el Fondo Sectorial Conacyt-Secretaría de Energía (Sener)-Hidrocarburos.

Al respecto, Adolfo Contreras Ruiz Esparza, director de Desarrollo Tecnológico e Innovación del Conacyt, y secretario técnico del Fondo, recordó que en nuestro país desde hace 100 años se han explotado yacimientos petroleros, que se formaron en rocas calcáreas, antes del Jurásico.

“La gente piensa que se trata de cavernas llenas de petróleo, pero no es así; son más similares a una piedra pómez, con hoyitos más pequeños saturados de aceite, que también contienen gas y que coexisten con un acuífero hipersalino por debajo de ellas”, explicó.

Cuando se explota un yacimiento se reduce la presión (como en un globo que empieza a desinflarse) y en algún momento hay que incrementarla inyectando nitrógeno o bióxido de carbono, para continuar con la extracción del hidrocarburo.

De un yacimiento se puede extraer, cuando más, 27 por ciento del petróleo que está en la roca, detalló el especialista. “La Secretaría de Energía y Pemex han solicitado elevar los porcentajes de obtención del aceite remanente, que es liviano y de mejor calidad, en yacimientos maduros, para ayudar a recuperar la producción petrolera del país y obtener mayor independencia energética, en lo que se concreta el cambio a energías renovables”.

Señaló que después de haber concluido la etapa de prueba del desempeño, donde se logró la dispersión del polímero más difícil, este mismo año el sistema se trasladará a un campo petrolero, en Poza Rica.

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