FORTALEZA, Bra., 4 de julio de 2014.- Brasil y Colombia se enfrentan en los cuartos de final del Mundial, con los papeles cambiados.

Los brasileños llegan a la cita con dudas, nervios, sancionados, con el edificio del intocable Scolari dejando ver ya algunas grietas preocupantes y con la sensación de no haber encontrado su punto justo en el campeonato.

En contra, Colombia llega avalada por un fútbol alegre y descarado, con el beneplácito de la afición imparcial, que adornan su exquisito juego colectivo con la presencia de jugadores sensacionales como Cuadrado y, especialmente, James Rodríguez, protagonistas de la Copa.

Por si fuera poco, la manera cómo han llegado ambas selecciones a esta instancia es también antagónica. Brasil sufrió una dura prórroga y una dramática tanda de penaltis para ganar su plaza en los cuartos, mientras que Chile pasó sin demasiados agobios por encima de una Uruguay en shock todavía por el caso de Luis Suárez.

Un enfrentamiento cada vez más equilibrado

Aunque el historial de duelos entre ambas selecciones es claramente favorable a Brasil respecto a Colombia, en los últimos enfrentamientos la igualdad entre ambas selecciones ha sido la nota predominante.

Como se encargó de recordar ayer en rueda de prensa Thiago Silva, “en los últimos cuatro partidos amistosos disputados, hemos acabado empatados”.

Si miramos los números de esta Copa, Colombia aventaja a Brasil en goles marcados (11 para los cafeteros, ocho para la Canarinha) y en goles recibidos (tres le han marcado a Julio César y sólo dos a Ospina); dejando a un lado que, por ahora, el máximo goleador del torneo juega en Colombia.