XALAPA, Ver., 27 de noviembre del 2014.- Un enfermo de cáncer tiene más probabilidades de sobrevivir o no a la enfermedad dependiendo del lugar donde se encuentra. Eso es lo que muestra un nuevo mapa de la supervivencia global a esta enfermedad, informó BBC MUNDO.

500 investigadores analizaron datos de 25 millones de pacientes en 67 países y concluyeron que el cáncer es mucho más letal en unas regiones que en otras.

Según el estudio, publicado en la revista The Lancet, estas amplias diferencias en el porcentaje de supervivencia son probablemente atribuibles a la desigualdad en el acceso a los servicios de diagnóstico y tratamiento óptimos.

El estudio, denominado Concord 2, recoge datos del periodo 1995-2009 de 10 tipos de cáncer. El cáncer hepático y de pulmón siguen siendo letales en todas las naciones. Para ambos tipos de cáncer, la supervivencia a los 5 años después del diagnóstico, el llamado período de remisión, es inferior al 20% en la mayor parte de los países, tanto ricos como pobres.

La supervivencia a los 5 años frente al cáncer de colon, rectal y de mama ha aumentado constantemente en los países más desarrollados.

Para los pacientes diagnosticados durante 2005-09, la supervivencia de cáncer de colon y recto alcanzó el 60% o más en 22 países de todo el mundo; para el cáncer de mama, la supervivencia se elevó a 85% o más en 17 países en todo el mundo.

También se ha producido aumentos notables en la supervivencia del cáncer de próstata: la enfermedad aumentó en un 10-20% entre 1995-99 y 2005-09, en 22 países de Latinoamérica, Asia y Europa, pero la supervivencia todavía varía ampliamente en todo el mundo, desde menos del 60% en Bulgaria y Tailandia al 95% o más en Brasil, Puerto Rico, y los EE.UU.

Con respecto al cáncer de cuello de útero, las estimaciones de supervivencia varían de menos del 50% a más del 70%. Mientras, para las mujeres con diagnóstico de cáncer de ovario la supervivencia fue del 40% o superior sólo en Ecuador, EE.UU., y 17 países de Asia y Europa.

La supervivencia en el caso de la leucemia linfoblástica aguda infantil es inferior al 60% en varios países, pero alcanza hasta el 90% en Canadá y cuatro países europeos, lo que sugiere importantes deficiencias en el manejo de una enfermedad en gran parte curable.